Sembrando Vida
Abril 2016
Pastor Pablo Garay
La muerte y resurrección de Cristo, es un hito en toda la historia de la humanidad. Algunos pueden seguir contemplando la escena de la Cruz, desde la incertidumbre, vergüenza, dolor y culpa como sintieron sus discípulos y muchos de sus seguidores. O bien podemos aceptar la invitación de Jesús, e ir a esa cruz y experimentar lo que Jesús experimento mientras estuvo allí.
Por supuesto que no significa tener que experimentar todo el dolor corporal que El ya realizó una vez y para siempre por nosotros (Heb 9.26), si no que la invitación es a una experiencia espiritual de morir a nosotros mismos (negarnos a nosotros mismos), tomar nuestra cruz (Luc 9.23) significa que cada uno de nosotros podemos hacer lo mismo, perdonar a quienes nos insultan, abandonan, traicionan, o simplemente son indiferentes (Luc 23.34). Es tener la mirada siempre puesta en Dios y hacer su voluntad no la nuestra (Mat 26.42). Es seguir “Sembrando Vida” en todos los que están a nuestro alrededor, como pasó con el malhechor que estuvo crucificado al lado de Jesús y ese mismo día paso de “muerte a vida” Gloria a Dios!!! (Luc 23.43). Aún después de haber entregado su espíritu el Centurión y muchos más reconocieron al hijo de Dios (Luc 23.47-48)
¿Y mientras murió Jesús que paso? la Biblia nos relata lo difícil que fue para todos los seguidores de Jesús, aparentemente todo fue un fracaso y un espíritu de tristeza, desesperanza y dolor los había invadido a todos. Pero mientras tanto ¿Qué hacía Jesús? Al parecer Pedro y los discípulos se lo preguntaron y seguramente en esos 40 días de Jesús resucitado, El les habrá comentado todo lo que hizo como lo expresa Pedro en 1 Ped 3.18-20 Si!! Predicó, anunció, siguió hablando del Reino de Dios, aún en las partes más bajas siguió sembrando Vida, para luego subir victorioso a lo más alto del cielo donde Reina por siempre (Ef 4.8-10)(Ap 1.17-18)
¿No es maravilloso? Jesús resucitado compartió 40 días gloriosos con sus primeros seguidores, dando pruebas contundentes de su resurrección. Siguió haciendo milagros, sanando los corazones heridos, restaurando las emociones dañadas y alentando a mirar hacia adelante porque la tarea es enorme, “hay que continuar sembrando Vida”!!! (Hec 1.8)
Vamos a sembrar la buena semilla!! Vivir es Cristo