Conectados a Jesús
Abril 2015
Ptor. Pablo Garay
Primero que nada, seguir a Cristo es un llamado, es una decisión, requiere de contestar voluntariamente a la iniciativa de su amor. Cierta vez las palabras de Jesús eran tan fuertes al oído de las personas que muchos lo dejaron de seguir y el mirando a sus discípulos les preguntó ¿ustedes también se quieren ir? Pero Pedro le contestó: “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente (Juan 6:68-69)
¿A qué Rey sigo? Porque si no estoy dispuesto a dejar mi enojo, orgullo, vanidad, desobediencia, rebeldía, apatía y tantas cosas que no están dentro de la lista de valores del Reino, entonces no estoy siguiendo a Jesús.
Su pasión se resume en Fil 2: “No se aferró se despojó”, tendemos a aferrarnos a las cosas viejas, sobre todo a lo material como si fuera eterno, a lo conocido, a aquello que siempre se ha hecho así y nos da seguridad, pero para recibir lo nuevo de Dios, hay que estar dispuesto a dar pasos por fe sobre el agua y a veces en medio de la tormenta. Quizás lo que más cuesta es “perdonar”, y es la llave más poderosa para ser libres. No aferrarse al odio, a la bronca o al rencor, y estar dispuestos a perdonar es seguir las pisadas de Jesús.
“Se hizo siervo” ¿vivo para servirme? O ¿estoy pensando en cómo poner mis dones y talentos al servicio del Señor?
Se hizo hombre, se humilló haciéndose obediente hasta la muerte en la Cruz. Es el Rey “Justo, salvador y humilde” que entro a Jerusalén, no en un carruaje con caballos de primera, como cualquier Rey humano. El prototipo de liderazgo de Jesús, es el ejemplo de humildad, amor, obediencia, sujeción. Estando en el Getsemaní le dijo a Dios, si es posible pasar de esta prueba tan difícil, pero que NO SE HAGA MI VOLUNTAD, sino la tuya.
¿Soy obediente? ¿Me sujeto a la autoridad? Todos debemos sujetarnos, Heb.13.17 dice que debemos sujetarnos y obedecer a nuestros pastores, ¿lo hago? ¿o tiendo a tener actitud y comentarios de rebeldía?
Seguir sus pisadas es tener su corazón, que sea verdaderamente nuestro único Rey y Señor. Conectarse a Jesús es decir como Pablo: “para mí el VIVIR ES CRISTO”