Creciendo en Jesús
Mayo 2018
Pr. Pablo Garay
La vida en Jesús, es de continuo crecimiento. De hecho, cuando una persona está frenada en su crecimiento físico, se lo conoce como “deficiencia de la hormona de crecimiento” y es un trastorno clínico que debe ser tratado.
De la misma manera, nuestra Fe en Cristo, da comienzo a una nueva vida espiritual y Pablo define a esta etapa como un bebé espiritual recién nacido, que debe tomar la leche espiritual para ir creciendo.
El apóstol Pablo siempre destacó el crecimiento espiritual como algo necesario para poder seguir avanzando en la comprensión y revelación espiritual. Por esta razón continuamente alentaba y por ratos hasta se enojaba y apercibía a los hermanos, cuando los veía que se habían estancado en su crecimiento espiritual.
Claramente los hermanos en Tesalónica venían muy bien en este sentido.
Si nuestra vida crece en FE es directamente proporcional al crecimiento en AMOR. Es imposible acercarse a Dios si no creemos en EL. Y a medida que más nos acercamos, mayor la gloria de su presencia es derramada en muestras vidas. Esto me recuerda al apasionado Moisés, a quien no le importaba si llegaba a perder la vida en su intento de estar cada vez más cerca de Dios, anhelando profundamente contemplar su rostro.
Lo destacado de esta actitud apasionada de Moisés por buscar cada vez más la presencia de Dios, es que su vida fue transformada, a tal punto que la gente no podía mirarle a la cara. ya que reflejaba la gloria de Dios en toda su magnitud.
Durante este tiempo, como Iglesia de REINO, estamos desafiados a Crecer y Expandirnos. Y para ello necesitamos enfocarnos en la persona de nuestro Señor Jesucristo. No basta con CREER en EL, debemos OBEDECERLE a EL y crecer como sus discípulos cada día más.
Por lo tanto, de la manera que recibieron a Cristo Jesús como Señor, ahora deben seguir sus pasos. Arráiguense profundamente en él y edifiquen toda la vida sobre él. Entonces la fe de ustedes se fortalecerá en la verdad que se les enseñó, y rebosarán de gratitud. Col 2:6-7