“Juntos en su Nombre”
Noviembre 2018
Pastor Pablo Garay
La resurrección fue el acontecimiento de guerra espiritual más trascendente, que jamás haya ocurrido en toda la historia de la humanidad. Aunque según el libro de Apocalipsis, todavía falta una gran y última batalla llamada “el Armagedón”, no hay dudas que, en la resurrección comenzó el preludio de lo que sucederá en dicha batalla.
Nunca antes hubo tal victoria espiritual en los cielos y en la tierra como lo relata Colosenses 2, “Cristo venció, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.
Esto cambió el destino de aquellos que abrazaron la Fe en Jesús y comenzaron a vivir en lo sobrenatural del Reino de Dios. Y ustedes están completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad. Col 2.10
Cuando el Cristo resucitado se presenta nuevamente a sus discípulos, deja en claro que comenzaba una nueva era en la tierra. La hegemonía satánica llegaba a su fin en la tierra, puesto que ahora en cielo y en la tierra no hay poder y autoridad más grande que la de Jesucristo. El primer adán dio entrada al pecado y allí cedió terreno al ángel caído Lucifer. Más el postrer Adán, estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. Fil.2.8-11
Cuando salimos a compartir y anunciar el mensaje de salvación ¡no estamos solos! Su presencia siempre está con nosotros. No hay poder y autoridad más grande ni en el cielo ni en la tierra que Jesucristo, entonces: ¿por qué vamos a temer? Es tiempo que una Iglesia ungida se levante y comience a llevar su luz hasta lo último de la tierra. “Para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales” Efe 3:10