“Familias Consagradas”
Abril 2019
Pastor Pablo Garay
Una familia consagrada es aquella que entiende el principio de “no contaminarse”
Daniel vivió en la Babilonia donde a lo bueno llamaban malo y a lo malo bueno. Por supuesto que fue elegido para pertenecer a un grupo mínimo de la alta sociedad donde a pesar de ser esclavo gozaría de privilegios, fama y distinción trabajando directamente para el Rey.
Las costumbres en la comida de aquel imperio ofendían los principios y valores que Dios establecía para su pueblo. Y Daniel fue presionado a tomar una decisión, o comía la porción que venía directamente de la mesa real o pedía comer vegetales arriesgando su propia vida si aquello quedaba en evidencia.
Una y otra vez se encontró ante decisiones cruciales, donde se puso a prueba algo que conocemos como consagración: “soy hijo de Dios y decido no contaminarme”.
Dice 1Co 6:19-20 “El cuerpo de ustedes es como un templo, y en ese templo vive el Espíritu Santo que Dios les ha dado. Ustedes no son sus propios dueños. Cuando Dios los salvó, en realidad los compró, y el precio que pagó por ustedes fue muy alto. Por eso deben dedicar su cuerpo a honrar y agradar a Dios.”
Mal 2:15 Nuestro Dios nos creó para que fuéramos un solo cuerpo y un solo espíritu. Nos creó así para que fuéramos un pueblo consagrado a él.
Juan 17:15-16; 20-21 No te pido que los quites del mundo, sino que los protejas de Satanás. Yo no soy de este mundo, y tampoco ellos lo son. No pido sólo por ellos, sino también por los que creerán en mí cuando escuchen su mensaje. Te pido que se mantengan unidos entre ellos, y que así como tú y yo estamos unidos, también ellos se mantengan unidos a nosotros. Así la gente de este mundo creerá que tú me enviaste.
VEC