Teléfono: +54 0343-4244156

Vida de Reino - Relación no Religión

Día 29

Autor: Pastor Pablo Garay

Pasaje Bíblico: Por lo tanto, ¡ay de ustedes, maestros de la Ley y fariseos, que son unos hipócritas! Ustedes cierran a la gente el Reino de los Cielos. No entran ustedes, ni dejan entrar a los que querrían hacerlo. Mat. 23:13

En torno a Jesús se juntaban muchas personas que con diversos intereses prestaban atención a sus palabras y hechos. De todos ellos se destacaban en especial dos clases de grupos de personas; aquellos que fueron cautivados por su mensaje y amor, de tal manera que la gente lo conocían como sus discípulos o seguidores y otro grupo donde se concentraban todos los religiosos, que buscaban la ocasión de encontrarle un error a Jesús, para menoscabar su ministerio y sus enseñanzas.
La razón de semejante empeño en perseguir a Jesús, es que sus enseñanzas exponían lo alejados que estaban de vivir en el Reino de los Cielos. Mientras la autoridad de Jesús venía de su relación directa con Dios, su intimidad con El, en una vida de oración y hechos que afirmaban su mensaje, los Fariseos, maestros de la ley o escribas, defendían su autoridad desde el nombramiento de un cargo jerárquico, devenido de las costumbres, tradiciones y reglas institucionales. Vivían una falsa religión que llenaban de carga y legalismo la vida de las personas, pero ninguno de ellos vivía lo que predicaban (V.1-4) Tenían mucho conocimiento de la Ley, pero sus corazones estaban lejos de Dios. (Mar 7.6)
Todo este capítulo 23, es una enseñanza clara para nosotros, que la vida de Reino no consiste en saber mucho de la palabra, sino más bien en vivirla. No consiste en reglas a cumplir, más bien en obediencia por amor a alguien que dio su vida por nosotros. No consiste en tener un lindo discurso acerca de alguien, sino en reflejar a ese alguien que es “Jesús” en nuestras acciones, actitudes y hechos.
Los religiosos, no podían contra las enseñanzas de Jesús, porque simplemente nada decía o hacia si no venía de Dios. (Juan 5.19)
Cualquiera de nosotros podemos caer en el error de ser religiosos y no íntimos de Dios. Son nuestros hechos y actitudes que pueden abrir o cerrar la puerta al Reino. Si descuidamos nuestra relación con Dios, podemos no solo quedarnos fuera del Reino, sino impedir que otros puedan entrar.

Desafío Pedir a Dios que nos haga libre de todo espíritu de religiosidad.
Práctica: Buscar en adoración cultivar mi intimidad con El cada día.